ARTES
Historia del Papel
Los chinos:
Pioneros en la fabricación del papel
En el año 105 d.C., el señor T'sai Lun, que era un empleado del emperador chino
Ho Ti, fabricó por primera vez un papel, desde una pasta vegetal a base
de fibras de caña de bambú, morera y otras plantas, dando origen al papel que
conocemos hoy. T'sai Lun emprendió esta tarea siguiendo órdenes expresas del
emperador, quien le ordenó buscar nuevos materiales para escribir sobre ellos.
Durante 500 años la técnica de la elaboración del papel perteneció sólo a los chinos, quienes la
guardaron celosamente durante ese largo período.
Expansión del papel
Alrededor del 600 d.C. el papel llegó a Corea y Japón, países en los cuales se
comenzó a fabricar en forma manual, de acuerdo a la antigua tradición;
coreanos y japoneses fueron perfeccionando paulatinamente este sistema.
En el año 750 d.C. los conocimientos para la fabricación del papel llegaron al
Asia Central, el Tibet y la India. Posteriormente los árabes, en su expansión
hacia el oriente, se familiarizaron con los
métodos de producción del papel de escribir y crearon molinos de papel en
Bagdad, Damasco, El Cairo y –más tarde- en Marruecos, España y Sicilia. Los
árabes no tenían fibras frescas, de manera que para producir papel extrajeron
la materia prima de sus antiguas alfombras; luego usaron harneros hechos de
caña y fabricaron hojas delgadas recubiertas con pasta de almidón. Este papel
era de apariencia fina y resistía muy bien la escritura.
Al entrar en Europa, los árabes introdujeron en ese continente el secreto de la
fabricación del papel; países como Italia y España desarrollaron rápidamente
este descubrimiento.
Aparición en Europa
El primer ejemplar escrito en papel de Europa es una carta árabe que data del
año 806, la que se conserva en Holanda, en la Biblioteca Universitaria de
Leyden. Antes de la aparición del papel, los europeos utilizaban el pergamino,
producido de delgadas capas de piel de vaca, oveja o cabra.
La
primera fábrica de papel europea se estableció en España, cerca del año 1150.
Durante los siglos siguientes la técnica se extendió a la mayoría de los países
de Europa; a mediados del siglo XV, con el invento y la introducción de la
imprenta de tipos móviles, la impresión de libros pudo hacerse a más bajo costo
y fue un gran estímulo para la fabricación de papel.
El aumento en el uso del papel durante los siglos XVII y XVIII motivó una
escasez de telas y trapos, únicas materias primas satisfactorias que conocían
los papeleros europeos; intentaron introducir diversos sustitutos pero ninguno
dio buenos resultados. También se intentó reducir el costo del papel a través
de una máquina que reemplazara el proceso de fabricación manual.
Cada vez mejor calidad
Fue un francés, Nicholas Louis Robert, quien, en 1798, construyó una máquina
efectiva, la que fue mejorada por dos británicos –los hermanos Henry y Sealy
Fourdrinier (ver imagen)-, quienes en 1803 crearon la primera de las máquinas
marcadas con su apellido. En 1840 introdujeron el proceso de trituración de
madera para fabricar pulpa, con lo cual se pudo fabricar papel a partir de una
materia prima de más bajo costo. Diez años después se realizó el primer proceso
químico para producir la pulpa, lo cual también colaboró a la reducción de
costos.
En
1844, Federic Gottlob Seller sería el primero en obtener, mediante un
procedimiento mecánico, pasta de madera. Hacia 1852, Meillier descubrió la
celulosa y Tilghman patentó el procedimiento mediante el cual, y por medio de
la utilización de bisulfito de calcio, se obtenía celulosa de la madera.
Desde
esa fecha, todos los esfuerzos convergerían hacia la búsqueda del
perfeccionamiento de máquinas y técnicas, la renovación de materiales y la
disminución de los tiempos de producción.
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